¿Qué dirán los libros de historia sobre nuestro accidentado
2016? Fue un año quebradizo en el que bien podemos armar un rompecabezas (O más
bien pegar con saliva trozos de vidrio de algo que no sabemos si se rompió o
vino roto de nacimiento). Entre las muchas astillas dispersas podemos barrer
hasta su inicio, donde viene una de las grandes palabras que definieron el
arranque del calendario: Expectativa.
En
diciembre de 2015 se obtuvo una mayoría absoluta en la asamblea nacional por
parte de la mesa de unidad, el primer gran reverso electoral del gobierno (el
anterior evitaba una reforma, pero este le otorgaba la dirección del poder
legislativo a la oposición venezolana). Desde entonces todos los venezolanos
esperaban grandes cambios a corto plazo en el panorama político, económico y
social del país, parte de ello es debido a la MUD, dado que el mensaje utilizado
en su campaña prometía mucho más de lo que los entonces candidatos tuvieran la
más ligera certeza de poder cumplir.
Vienen
los otros fragmentos de vidrio de este año roto, un gobierno que limita y
encadena un poder a través de un tribunal supremo de justicia que quedará
grabado en la memoria y conciencia histórica de los venezolanos (¿Cuánto le
costará a nuestro país volver a confiar en sus instituciones? Venezuela tenderá
a la anomia social y quedará indefensa a la manipulación de un discurso
antipolítico, el 2016 fue un año de abundantes decepciones políticas). Es decir
que la gestión y efecto de la nueva AN quedó opacada ante una palabra que
escuchamos mucho este año: “Inconstitucional”. Me atrevo a decir que dos palabras que forman
partes angulares de nuestro año fueron entonces expectativa y nuestra fiel decepción
y que la pieza clave de nuestro 2017 será: resistencia “¿Más? ¿Por qué?” ya veremos.
En el
2016, el poder legislativo no pudo legislar, así de simple y por la deliberada
intervención del TSJ, por lo tanto ninguna promesa de campaña está hoy por hoy
satisfecha. El gobierno centró su estrategia en proyectar la incapacidad de la
AN y de la MUD de cumplir su palabra, de obstaculizar cada iniciativa y
proyectar la mayor decepción posible hacia la mud, y esta estrategia les funcionó
en parte: Hoy las personas están desilusionadas con la mud, pero el gobierno no
logró capitalizar ni reorganizar apoyo popular, sencillamente tenemos un país
que sabe que hay que cambiar de gobierno, que está descontento con la oposición
y que está sintiendo todo el peso de una crisis política que no parece tener
salida. La Mud estaría muy lejos de la verdad si supiese que el 80% de
desaprobación al régimen de Nicolas Maduro se traduce en 80% en respaldo a la
oposición, sin embargo el escenario electoral es el más favorable a la misma,
la oposición ganaría cualquier contienda electoral sin importar mucho el
candidato, si no, hagamos una encuesta para saber cuántas personas se saben los
nombres de los diputados de su circuito, muchos no tienen idea.
Mi astilla dentro de este año roto fue resumidamente así:
En
febrero tuve la oportunidad de presentar un informe de la situación de la
crisis universitaria en Guayana al segundo vicepresidente de la AN Enrique Márquez,
estuvimos con el siempre firme grupo del movimiento estudiantil de Guayana en
las calles e incidiendo en nuestros espacios, fui de Puerto Ordaz a Upata para
el 1%, me trasladé de Bolívar a Caracas el 1 de septiembre para la “toma de
Caracas”, protesté con el movimiento estudiantil de Táchira en la sede regional
del CNE en San Cristóbal el 16 de septiembre,
estuvimos preparando la estrategia para el 20%, cuando es eliminado el RR
salimos a las calles nuevamente, luego me senté a imaginarme una mesa (Porque
no podíamos ni verla ni oírla), luego conocimos al presidente de la AN Henry
Ramos Allup al cual recibimos en un tono muy exigente, y exigiendo precisamente
respuestas claras, él nos explica porque
todo salió mal y nos deja un mensaje de persistencia, cierra su discurso con la
frase “no nos dejen solos, que político sin votos es como general sin tropa”.
Esto
sin mencionar como se ha venido agravando la crisis dentro del país, una crisis
general ya que ningún sector escapa de ella. Mi experiencia no es muy distinta
a la de la mayoría de los venezolanos, es muy difícil persistir y mantener la
moral ante tal escenario, sin embargo ¿Qué hacer?
Podemos
repetidamente lamentarnos y seguir pegando con saliva este año roto o saber que
esta lucha no va a ser fácil y que un gobierno que es plenamente consciente de
su impopularidad va evitar a toda costa medirse electoralmente y que debemos
persistir considerando que estamos llegando al desenlace de este largo episodio
en la historia de nuestro país. Por lo tanto quiero compartir un listado de
perspectivas que pueden completar los trozos de nuestro año roto y las piezas
de nuestro 2017:
La AN
por muy limitada que estuvo, este año fue una piedra en el zapato para el
gobierno y evitó y evitará por 4 años más que legislen y otorguen poderes
especiales al presidente para solo beneficiar intereses del gobierno. Así mismo
nos lo diría Ramos Allup en su visita.
Las
elecciones presidenciales son en 2018, es decir que 2019 y 2020 son dos años en
los cuales la actual asamblea funcionaria con un nuevo poder ejecutivo, es
decir, por muy largo plazo, 2019 parece ser un límite máximo para la salida del
gobierno y esto es una victoria obtenida el 6D que pasa muchas veces sin ser
percibida ni analizada. Las estrategia puede centrarse en ir ganando espacios y
construyendo la gobernabilidad de la
transición política venezolana, o seguir buscando mecanismos para apresurar
este proceso.
Con
respecto a lo anterior, a mi criterio, se debe caminar y masticar chicle al
mismo tiempo, cuidando las reservas de respaldo popular. Debemos centrarnos en
ganar alcaldías y gobernaciones, de trabajar y ejercer presión para que se
tomen medidas inmediatas para la solución de la crisis económica y humanitaria
y a su vez agotando todos los mecanismos constitucionales para lograr un cambio
de gobierno, dado que es evidente que un gobierno que no cambia su modelo ni
corrige sus políticas no cambiará el rumbo del país, hoy esto es una realidad,
el país va en picada y ni siquiera hemos tomado la ruta para el ascenso.
¿Una
tercera vía? El país está más polarizado conforme pasan los días, dividir votos
es cada vez un mayor riesgo, la pluralidad y la representatividad parecen
logros lejanos en el país. Estos actores deben seguir incidiendo, debatiendo y
generando criterios, pero la división puedo costar muy caro en este proceso
tanto para la MUD como para partidos de oposición fuera de la mesa. Lo dejo
como pregunta ¿sacrificar la pluralidad para reconquistar la democracia? no
necesariamente, sacrificamos es la
aspiración electoral para la representación plural y la distribución del poder
en el país.
Entre nuestra
canciller y la clara actitud antidemocrática del gobierno han hecho que el
respaldo internacional para la “revolución bolivariana” haya sufrido un grave
retroceso. La gran bandera del mercosur es un gran síntoma de este hecho, la
OEA se mantiene en constante vigilia por parte de Almagro y ahora inicia un
combate diplomático entre el gobierno y el acuerdo de la OTAN con Colombia.
Internacionalmente, el gobierno ha perdido mucho espacio.
La Mud
debe tener conciencia de que el hambre y la desesperación de un pueblo agobiado
no tiene paciencia, es hora de mensajes claros y agendas concretas, sin generar
una matriz de opinión que juegue con las expectativas de los que hoy tienen un
golpeado respaldo a las decisiones de la mud. ¿Hay que tomar decisiones con
costo político? Sí, pero tengamos un mensaje claro, comuniquemos que estamos
haciendo, no generemos grandes expectativas, generemos grandes estrategias,
grandes debates.
¿Qué hacer
si eliminan de manera arbitraria la AN? No habrá excusa para que el gobierno
venezolano pueda evadir el carácter despótico y dictatorial de semejante
medida, y no, no nos sorprendería que lo hicieran, son perfectamente capaces,
de lo que no cabe duda es que será la medida que mayor costo político que
habrán tenido que tomar. Los diferentes actores no pueden recibir esta medida
por sorpresa, en dicho caso, al movimiento estudiantil, a los factores
políticos, a los gremios, les corresponde responder con fuerza en las calles,
de forma pacífica e inteligente. La carta democrática sería activada y es un
escenario que se puede tornar violento, es lo que hay que evitar, nuestro mejor
escenario es elecciones, su mejor escenario es la división de la Mud y la reorganización
del apoyo popular, el escenario de mutua destrucción asegurada es el de una
confrontación violenta en las calles.
El
gobierno ha tenido grandes equivocaciones este diciembre, el desastre sin forma
que han hecho con el cambio del cono monetario, el cierre de las fronteras y la
recolección de los billetes ha dejado en evidencia la improvisación que tiene
el gobierno en temas de semejante seriedad. El 2017 inicia con un gobierno cada
vez más impopular, con un pueblo venezolano más cerca del colapso y con una Mud
que debe revisarse y plantear los escenarios. 2017 será un año tan o más difícil
que el 2016, pero los avances para lograr en un cambio en el país son también más
visibles, nuestro objetivo no es solo cambiar de gobierno, es cambiar de
gobierno y que haya un país después de dicha lucha.
Persistencia,
inquebrantables ante las circunstancias lograremos ver el país que queremos, y
no falta mucho. Pensemos y planifiquemos ese país y defendamos el sacrificio
que ha costado llegar a este punto. El país ya está roto, pero empezamos apegar
las piezas, y no cabe duda de que el 2017 será definitivo, la parte que de forma
a este gran rompecabezas. Feliz año nuevo Venezuela, feliz año nuevo.



